martes, noviembre 18, 2008

Sabines...


No es nada de tu cuerpo, ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre, ni ese lugar secreto que los dos conocemos, fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro. No es tu boca —tu boca que es igual que tu sexo—, ni la reunión exacta de tus pechos, ni tu espalda dulcísima y suave, ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día, ni tus rodillas de marfil al fuego, ni tus pies diminutos y sangrantes, ni tu olor, ni tu pelo. No es tu mirada —¿qué es una mirada?— triste luz descarriada, paz sin dueño, ni el álbum de tu oído, ni tus voces, ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco, flecha de avispas en el aire ciego, ni la humedad caliente de tu asfixia que sostiene tu beso. No es nada de tu cuerpo, ni una brizna, ni un pétalo, ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste, estos mis brazos tercos.

Jaime Sabines

2 comentarios:

niza dijo...

holas Ivoncita hermosa :)

retorno despues de meses de abandono y me encuentro con un post tuyo de señor Sabines... uno de mis idolos... uno de mis inspiradores en este mundo enorme de letras...

te mando un beso enorme y un abrazo aun mas grande, cuidate y cuida mucho a tu angelito travieso

DIOS ME DIO ALAS... AUNQUE NO LAS VEAS...

Cyn dijo...

Ivy, amiga, que gusto leer tu comentario en mi blog... Me dejaste pensando mucho y sí, hay que aprovechar el silencio...

Tambièn se te extraña, prometo volver!

Un abrazo eterno desde el desierto...